lunes, 9 de abril de 2012

ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LEONARDO INFANTE


DR. FELIPE HERNÁNDEZ G.
UNESR/Cronista
            La elección de las autoridades regionales en Venezuela, ya estaba contemplada en la Constitución de 1961, sin embargo, no se habían realizado más que elecciones para los concejos municipales en 1979 y 1984, los gobernadores y alcaldes eran designados directamente por el Ejecutivo Nacional. En 1984 el gobierno del entonces presidente de la República, Dr. Jaime Lusinchi, decreta la creación de la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE) en donde se estipulaba hacer efectivo el ordenamiento jurídico de aquella Constitución, que para el momento no era aplicado.
            La COPRE fue dirigida por el historiador Ramón J. Velásquez desde su instalación en 1985. En 1987 la comisión presidencial arrojó como resultado un impulso a la política para la descentralización territorial del país, la cual se va a ejecutar a partir de 1989, cuando asume la segunda presidencia el Sr. Carlos Andrés Pérez y el Congreso Nacional aprueba las leyes respectivas.
            En diciembre de 1989, es promulgada la Ley de Régimen Municipal y se realizan por primera vez en Venezuela, elecciones para elegir a los gobernadores y alcaldes de las regiones para el período 1990-1993, éstos cumplirían sus funciones por un período de tres años con posibilidad de reelección inmediata una sola vez.
            El cuanto al cargo de alcalde, este es un funcionario público que se encuentra al frente de la administración local básica de un municipio. El cargo tiene carácter autónomo, jefe del ejecutivo municipal y administrador de los recursos propios de la municipalidad. Es electo cada cuatro años, pudiendo ser reelegido; gracias a una enmienda constitucional, pueden ser revocados a través de un referéndum, según lo previsto en la Constitución Nacional de 1999. El Poder Municipal está además integrado por un órgano legislativo, el Concejo Municipal, la Contraloría Municipal y el Consejo Local de Planificación, organismos que se encargan de fiscalizar la gestión económica del alcalde y los demás entes municipales.
            El municipio Leonardo Infante está localizado geográficamente al Nor-Este del estado Guárico, está conformado por las parroquias Valle de la Pascua (capital del municipio) y Espino (parroquia foránea).
            La primera elección de alcalde del municipio Leonardo Infante la ganó el Arquitecto y Profesor Universitario Manuel Matos Charmelo (1990-1993), le tocó estructurar, adecuar y gerenciar el nuevo sistema administrativo del municipio de acuerdo a las demandas que exigía el cargo. De las ejecutorias de su gestión destacan: la adquisición de la actual sede del Concejo Municipal (calle Retumbo al lado de la Alcaldía), diligenciar todo lo atinente a la creación de la Diócesis de Valle de la Pascua, apoyo económico y logístico para la culminación de la sede de la Universidad Simón Rodríguez, el matadero y el mercado de la parroquia Espino, la incorporación de la nómina del Cuerpo de Bomberos a la Alcaldía (hasta entonces dependían del Hipódromo La Rinconada), entre otras.
            La Sra. Carmen Teresa Alcalá de Matos cumplió el papel de primera dama del municipio, director general: Prof. José López Itriago, secretaria del despacho: Sra. Yanina Lara; Prof. Héctor Morales Guerra: asistente del alcalde, contralor municipal: don Emilio Laya Piñero, director de desarrollo social y después de recursos humanos: Dr. Héctor Rodríguez Rondón, administrador: Lic. Elpidio Pulido y síndico municipal: abogado José Rafael Requena.
            La gestión como alcalde del Arq. Manuel Matos Charmelo, hasta ahora es considerada  entre las mejores, por sus ejecutorias y la pulcritud de los actos administrativos, en reconocimiento a su gestión, al suroeste de la ciudad (frente a la Zona Industrial “Don Luis Adolfo Melo”) se encuentra el Barrio “Matos Charmelo”. Un reconocimiento de los habitantes de ese populoso sector de la ciudad a su positiva gestión municipal.
            El segundo alcalde del municipio Leonardo Infante, Ing. Edgar Martínez Ferrer, resultó electo en dos períodos consecutivos (1993-1996) y (1996-2000), casado con la Ing. Marianela Ríos de Martínez, estuvo siete años en el cargo, en razón que la Ley de Régimen Municipal fue reformada y el ejercicio de los alcaldes fue extendido a cuatro años con reelección inmediata. Durante la gestión del alcalde Martínez Ferrer, el cargo de  director general del despacho, lo ocupó el Lic. José Gregorio “El Flaco” Camero Farías, quien durante su ejercicio cumplió una eficiente y reconocida labor. Entre las obras realizadas durante la gestión, están: el sector Autoconstrucción, la sede de la Casa Parroquial (MAMBRE), la pavimentación con concreto de las calles de los sectores “Minas de Arena”, “Playa Verde”, “El Rosario” y “Cinco de Julio”, el Boulevard “Guasco” y la remodelación de la sede de la alcaldía Infantina.
            El tercer alcalde electo, Lic. Tomás Valmore García Seijas, casado con la Sra. María Assunta Armenante de García. Se desempeñó como burgomaestre durante dos períodos (2000-2004) y (2004-2008). Durante su gestión adquirió la sede de la Universidad Nacional Experimental Libertador (UPEL), creó el Complejo Cultural “Otto Rodríguez”, la Red Geodésica “Simón Bolívar”, el Geriátrico “Los Abuelitos”, el Parque “Laguna del Pueblo”, la Cancha-Parque de la Urb. Los Cerritos II, y construyó algunos ambulatorios, entre otros en el sector Los Olivos y en la parroquia Espino, algunas escuelas rurales (Loma Alta, El Burro, La Ese, La Peña, etc.) y algunos puentes (La Haciendita, Playa Verde, Los Olivos, La Concordia “calle Stadium”, etc.). Funcionarios recordados por la eficiente labor cumplida durante el ejercicio del alcalde García Seijas, son: Liliana González (asistente del alcalde), Judith Rodríguez Guía (jefa de eventos y protocolo), y Dinora Seijas de Mancini (directora de desarrollo social).
El cuarto alcalde del municipio Infante, es el Teniente José Rafael Ortega, casado con la Sra. Adriana León de Ortega, ejerce el cargo desde el año 2008. Hasta ahora, las ejecutorias más importantes de su gestión, son: la rehabilitación de la Plaza Bolívar mediante el cambio de baldosas y una fuente de ornato; alumbrado, colocación de bancos y una fuente en la Redoma “El Tranquero”, cambio de la capa asfáltica de la Av. Rómulo Gallegos, demarcación de la entrada y salida de vehículos en la avenida Las Industrias c/c Av. Libertador, calle Atarraya sur y entrada hacia Guamachal por la Av. Circunvalación, y colocación de una fuente en la plaza Bolívar de Espino.   
            La sede de la Alcaldía del municipio Leonado Infante está ubicada en la esquina de Barandas, calle Guasco c/c calle Retumbo de la ciudad de Valle de la Pascua, a una cuadra al este de la plaza Bolívar.

DON PEDRO RAMÓN SALCEDO, LA HUMILDAD HECHA POETA


FELIPE HERNÁNDEZ G.
UNESR/Cronista de Valle de la Pascua
            El viernes 16 de marzo de 2012 fue bautizado en los espacios de la Casa de la Cultura “Lorenzo Rubín Zamora” de Valle de la Pascua, el poemario SENDERO, LLANO Y AMOR del Pedro Ramón Salcedo Herrera, poeta llanero natural del caserío Santa Clara de Manapire, en las inmediaciones de Santa Rita, Aguaro-Guariquito, Cabruta y el Orinoco medio, donde nació en 1935, aquerenciado en Valle de la Pascua, donde ha echado raíces sin olvidar las vivencias de aquellas inmensidades donde el horizonte uniéndose con las nubes es el límite.   
            Leer esta producción poética, es comprender que la única forma de ser poeta es ser uno mismo. Cuando se intenta ser los otros, gustar a los otros, sorprender a los otros, deja de tener valor la poesía, porque la autenticidad de la poesía está en el descubrimiento sustancial del recorrido por los intersticios de la condición humana, resultado de la inmersión en el abismo de las angustias, de las vivencias y de los recuerdos. En la obra de Pedro Ramón Salcedo se evidencia que la poesía tiene valor solo si descubre la teluridad que brinda su experiencia en la vida campechana, puesta al servicio de su frágil condición de ser humano con arraigados sentimientos por lo autóctono, que es lo que siente suyo.
            Considérese, que la poesía no es sino el canto afinado del hombre en su largo camino hacia la eternidad. Manifestación de impotencia para mantenerse en el silencio primordial de las cosas. Por eso la poesía de Pedro Ramón Salcedo es un grito modulado de sus vivencias llaneras, así están expresadas en su poemario SENDERO, LLANO Y AMOR. Poesía de la tierra escrita con la humildad de un hombre sencillo que desde su finitud, brinda a quien quiera leer su producción poética con su fuerte amor por la tierra que lo vio nacer, por el llano guariqueño que le marcó el sendero desde sus entrañas. En sus versos puede palparse como una marca indeleble, la teluridad que antes marcó el destino de otros bardos compenetrados con el terruño, como Francisco Lazo Martí, Julio César Sánchez Olivo, Alberto Arvelo Torrealba, Germán Fleitas Beroes y tantos otros poetas llaneros. Es el legado innegable de un hombre de la sabana lanzado a los cuatro vientos del llano.
            Estas afirmaciones nos remiten a una poética con un fondo manifiesto de añoranza no como paisaje, no como ecología, sino como patria, como vientre del hombre. Esa conciencia de que las palabras son aproximaciones hacia un fondo común que nos pertenece a los seres humanos solo por serlo, solo por formar parte de él. En el poema “La brisa del morichal” escribe:
            La brisa del morichal / suspira con las palmeras, / se mueve sobre las olas / en las lagunas llaneras, / palpitan los pajonales / en tiempos de tolvanera, / alegra los mastrantales / en noches de primavera...
            En tales términos, la palabra inspiración sale sobrando para Herrera. Más que estar inspirados es necesario sentir la vida, palparla por encima de la técnica. Que el oficio y la técnica sean alas y no la cárcel de la palabra. Y si los sentimientos no se dicen, de cualquier modo se sufre, pues la trayectoria vital de Pedro Ramón Salcedo trasluce que como poeta escribe por necesidad fisiológica y ontológica, como por un fatalismo, porque para él, la poesía, más que una vocación, es un canto, un destino o una misión por todo lo vivido.
            Por eso en Herrera se aprecia que el acto poético es un acto de reconocimiento de si mismo, tal como lo plasma en el poema “Enamorando el estero”, cuando dice:
            Soy brioso como un corcel / corriendo por la sabana, / dueño de la tierra llana / cuando la veo florecer, / decir llano es un placer / para el hombre cantador, / y para mí es un honor / al llano pertenecer, / como cada amanecer / refulgente como el sol.
            Versos en décimas, que para este guariqueño son sentidas añoranzas de lo que hemos sido, lo que somos y esperamos seguir siendo.
            Valle de la Pascua, 8 de abril 2012.

ESCUELA “BR. JESÚS LÓPEZ ESCOBAR” (En el Caserío Zanjonote de la Montaña-Municipio Infante)


FELIPE HERNÁNDEZ G.
UNESR/Cronista de Valle de la Pascua
            La Escuela “Br. Jesús López Escobar” del Caserío Zanjonote de la Montaña, municipio Leonardo Infante del estado Guárico, fue creada por la Secretaría de Educación y Cultura del Ejecutivo del estado Guárico en el año 1949 como escuela estadal. Localizada geográficamente al noreste de la ciudad de Valle de la Pascua, en el año 1963 es elevada a la categoría de Escuela Graduada, dirigida por la maestra Clara Matos Arzola, quien ostentaba el cargo de Coordinadora Libre, bajo la supervisión del Núcleo Escolar Rural Nº 499.
            A la maestra Clara Matos Arzola la sucedió en el cargo de directora, la maestra Ana Aurelia Delgado, quien se desempeñó como tal, hasta el año 1986 cuando se jubiló, siendo relevada por el maestro Alexander Fuentes Tranquini, quien ejerció el cargo de director hasta el año 1997, desde entonces y hasta la actualidad (año escolar 2011-2013) se desempeña como tal, la Prof. Aixa Rodríguez Camacho.
            La Escuela tiene como epónimo el nombre de Jesús López Escobar, en honor a este recordado bachiller vallepascuense, quien habitó y lucho por el desarrollo cultural de la comunidad, quien conjuntamente con el Dr. Jesús María Delgado y los habitantes del caserío, en los años cuarenta del siglo XX adelantaron importantes diligencias y luchas a través de la “Sociedad de Agricultores Unidos” para conseguir la escuela y otros servicios comunitarios.
            Desde finales del siglo XX, la Escuela “Jesús López Escobar” es una Unidad Educativa que para la escolaridad 2011-2012 cuenta con una matrícula de aproximadamente doscientos alumnos, distribuidos en los niveles siguientes: una sección de Educación Inicial; seis secciones de Educación Básica; tres secciones de la tercera etapa de Educación Básica (7º, 8º y 9º grados) y una sección del Ciclo Diversificado. Atendidas por 24 docentes.
            Algunos de los docentes que han trabajado o trabajan actualmente en esa institución, son los siguientes: Clara Matos Arzola, Ana Aurelia Delgado, Alexander Fuentes Tranquini, Alexander Colmenares, Marlin Villalobos, Ana Rosa García Betancourt, Ysllaira Álvarez, Cruz Monserrat, entre otros.
           
            Valle de la Pascua, 9 de abril de 2012.
                         

EL HATO SANTA JUANA DE LA CRUZ: NUCLEO INICIAL DEL POBLAMIENTO DE VALLE DE LA PASCUA


FELIPE HERNÁNDEZ G.
UNESR/Cronista de Valle de la Pascua
            El espacio geográfico donde surgió Valle de la Pascua formaba parte del gran latifundio “Santa Juana de la Cruz”, extensa propiedad de don Francisco Carlos Herrera, notable terrateniente caraqueño de finales del siglo XVII y primeras décadas del siglo XVIII, cabildante y  encargado del gobierno como alcalde ordinario, poseedor de fortuna heredada de sus padres y de los cuantiosos bienes de su esposa, doña Mercedes  Mesones,  hija  del  gran terrateniente de Orituco, el capitán de campo, don Pedro Mesones. Gozaba Francisco Carlos de Herrera de la confianza y protección de la corona española, que lo validaban para desempeñar altos cargos en el cabildo y el regimiento de Caracas y le hacían merecedor de los privilegios propios a tales cargos.
            Formaba parte el capitán Francisco Carlos de Herrera de la aristocracia territorial caraqueña (1), relacionada con los grupos esclavistas y propietarios de esclavos negros. Clase social formada por los hacendados y terratenientes-encomenderos, amos del suelo, que fundamentaban su condición de estrato poseyente y privilegiado en el control de clase social, a través de las tierras incorporadas al dominio privado, cuyo cuadro de preeminencia de clase social poseyente y casta privilegiada, lo complementaba el control que ejercían sobre las instituciones de poder político en los centros urbanos (2). En este caso, en Caracas y San Sebastián de los Reyes.
            El latifundio de Santa Juana de la Cruz fue una de las concesiones obtenidas por el capitán Francisco Carlos de Herrera, apoyado en las figuras jurídicas que representaban los repartimientos y mercedes de tierra.
            Los linderos del hato santa Juana de la Cruz eran los siguientes: ... desde el camino real que lleva a San Sebastián de los Reyes hasta la Nueva Barcelona,  desde el paso que en dicho camino se ofrece de la quebrada o río de Otocuao, hasta el paso de Quebrada Honda, y de allí quebrada arriba,  hasta ponerse frente al cerrito  que llaman Tucusipano y de allí cortando derecho los cerros de Lomas Azules y los Paurayes hasta llegar al río de Manapire y de allí río arriba  hasta donde se entra Otocuao hasta ponerse en el camino real con todas las  vertientes,  altos y bajos (3).
            Según lo expuesto, Santa Juana de la Cruz comprendía un área aproximada de 506.581,66 hectáreas, que se extendía por el Norte, desde el paso del río Otocuao hasta el paso del río Quebrada Honda, unos 96,910 Kms aproximadamente. Por el Este, desde el paso del río Quebrada Honda hasta el cerro de Tucusipano, 90 Kms aproximadamente. Por el Sur, desde el cerro de Tucusipano hasta el río Manapire, pasando por los cerros de Lomas Azules y los Parajes (cerros El Macho y La Casimira en la actualidad), 67,79 Kms aproximadamente, y por el Oeste, desde el río Manapire aguas arriba hasta donde le entra el río Otocuao y  pasando por el camino de Barcelona, 74,74 Kms aproximadamente.
            En el extenso latifundio se fueron estableciendo en el tiempo, hatos y fundaciones ganaderas mediante las figuras de compra-venta de particulares a los herederos de Francisco Carlos de Herrera; así se puede evidenciar en los documentos de compra-venta realizadas por doña Catalina Álvarez, viuda de don Pedro del Hoyo y Arzola a su yerno Juan González Padrón y a su hijo Joseph Thomas Arzola en 1768 en el sitio de La Vigía, y por Juan Florencio Muñoz, viudo de Doña María Isabel de Herrera en el sitio de Morichito en 1777.
            Ytt. Declaro que la parte de tierras que me toco de las que compro mi marido al Dr. Dn. Carlos de Herrera en este citio del valle de la pasqua las he vendido a mi hijo Thomas JPH Arzola y a mi yerno Dn. Juan González como consta de la escriptura... (4)…Yo, Don Juan Florencio Munóz vezino de la ciudad de Caracas y residente en el citio de Morichito jurisdicción dela desan Sebastián de los Reyes digo que por cuanto contraté y vendí a Don Jacob Ramírez una poseción de tierras viniendo de mi difunta espoza Doña María Isabel de Herrera...(5)
            Para el año 1799 el hato Santa Juana de la Cruz era una extensa propiedad, y los Herrera poseían varias fundaciones, así lo señala J.A. De Armas Chitty: En 1799, Martín Eugenio de Herrera -de los Herrera terrateniente- expuso ante el obispo Viana que le librara de pagar dos veces los estipendios a la iglesia, pues en la división eclesiástica se le obligaba a pagar en un vecindario lejano y en otro de su hato Santa Juana, y el Obispo le atendió de inmediato adscribiendo el hato Santa Juana con sus fundaciones de Vivoral, Santa Teresa y Corozalito, al nuevo curato de Valle de la Pascua (6).
             Esta problemática ocurría por la separación del curato de Valle de la Pascua del de Chaguaramas, decretada por el obispo Martí en 1783 y hecha efectiva a partir del 10 de febrero  1785. Para 1765 Juan Manuel de Herrera poseía ocho hatos, todos en el oriente del Guárico en los predios del gran latifundio, a saber: “Santa Juana, El Macho, Las Peñas, Guanipa, El Flamenco, Santiago, Cartanal  y  Carángano” (7). En ellos Herrera mantenía un cuerpo de tropas de 300 hombres de milicia y tropa reglada enviada por el gobernador don Felipe Ricardos a perseguir a Juan Francisco de León.  
            En las 506.581,66 hectáreas que aproximadamente constituían el espacio territorial del hato Santa Juana de la Cruz hoy se encuentran localizados buena parte de los terrenos de los municipios: Valle de la Pascua, Chaguaramas, Las Mercedes del Llano, Tucupido, El Socorro, Santa María de Ipire y Zaraza. De lo que fue el hato Santa Juana de la Cruz en la parte que corresponde al municipio Infante, la ciudad de Valle de la Pascua ocupa una porción de ese espacio geográfico, incluidos los  sitios y caseríos: Corozal, Jácome Arriba, Jácome Abajo, Las Rositas, Corozalito, Mamonal, Mahomito, Los Algodones, La Dormida, Mata e’ Rancho, Coco e’ Mono, La Clemencia, Los Vivorales, Las Babitas, Apamate, Las Dos Palmas, El Burro, Vivoral, Carro viejo, Bandera Blanca, La Pereña,  El Carito,  La  Malquerida, El Banco Telésfero, Las Garzas, Santa Juana, Los Leones de Fajardo, Mata Redonda, Potrerito, El Barbasco, El Corozo, Roblito, Maniral, Zanjonote de Espino, Manirito, El Palito, Los Recuerdos, y muchos otros.
            Don Pedro José del Hoyo y Arzola, quién llegó a la Provincia de Venezuela el año 1699 en la comitiva del capitán general don Eugenio de Ponte y Hoyo, se radicó en jurisdicción de la posesión de Santa Juana de la Cruz,  en virtud de haber comprado tierras a don Carlos de Herrera en el sitio denominado La Vigía, al  lado  norte  del  camino de la Nueva Barcelona. Allí, además de su vivienda, construyó instalaciones  pecuarias junto con su esposa, doña Catalina Álvarez, natural de Caracas, de cuya unión nacieron catorce hijos, a saber: María Apolonia, Miguel José, María Francisca, Ana de Santiago,  Tomás José, Juana Rosa, Pedro José, Nicolás, Paula Petronila, Margarita Antonia, María Manuela, José Ramón, Juan Manuel, y María Altagracia. Son estos los ascendientes de la numerosa familia Arzola  que hasta hoy residen en  Valle  de la Pascua  y en el oriente del Guárico.
            Para el año 1730 existían alrededor del sitio varios fundos pecuarios habitados por pequeños propietarios de origen canario, blancos de orilla y mestizos procedentes principalmente del Orituco, Ocumare y San Sebastián, que apoyados en los haberes económicos obtenidos a través de intercambio comercial vinieron a los llanos a participar de la riqueza territorial como medianos y pequeños propietarios. Esas fuerzas estaban representadas por las familias Del Hoyo-Arzola, Sánchez Sajonero, Zamora, Requena, Trejo, Arévalo, Navarro, Álvarez, Rengifo, Ledezma, Herrera, Hernández, Fernández, entre otros. Ellos constituían la fuerza moral y material del asentamiento poblacional de Valle de la Pascua (8).
            REFERENCIAS
1) Francisco Carlos de Herrera, además de amo de esclavos, beneficiario de antiguas encomiendas, poseía los títulos y cargos siguientes: Capitán, Maestre de Campo, Juez de Llanos, Miembro destacado del Cabildo de Caracas y Alcalde.
2) Cf. FEDERICO BRITO FIGUEROA. (1979): Historia Económica y Social de Venezuela. Tomo V. Caracas: Universidad Central de Venezuela. Ediciones de la Biblioteca. Cuarta edición, p. 1102.
3) Archivo General de la Nación. Sección Tierras. Tomo I. Letra H. Año 1783. Folios 16 al 39.
4) Registro Subalterno. Altagracia de Orituco, año1768. Bloque 5.
5) Registro Subalterno. Altagracia de Orituco. Libro de Instrumentos Públicos, Serie  s/n, año 1784. Folios 8 al 13.
6) J. A. DE ARMAS CHITTY. (1982): Historia del Estado Guárico. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la  República, p. 53 // HERNÁNDEZ G. Felipe. (2006): Historia de Valle de la Pascua. Caracas: Tipografía de Miguel Ángel García e hijo.
7) J. A. DE ARMAS CHITTY. (1982): Semblanzas, Testimonios y Apólogos. Caracas: Academia Nacional de la Historia,  p. 221.
8) Cf. FEDERICO BRITO FIGUEROA. (1986): A Propósito de las Clases Sociales en Venezuela. Caracas: Fondo Editorial Lola de Fuenmayor, p.49. 
             

            "Para investigar la verdad es preciso dudar, en cuanto sea posible, de todas las cosas, una vez en la vida". René Descartes

CAPITÁN PEDRO MEDINA SILVA, VALLEPASCUENSE LÍDER DE EL PORTEÑAZO


 FELIPE HERNÁNDEZ G.
UNESR/Cronista de Valle de La Pascua
            El martes 20 de marzo de 2012, falleció en Caracas a los ochenta y ocho años de edad, el capitán de fragata Pedro Medina Silva, guariqueño, nacido en Valle de la Pascua el año 1924. Estudió para maestro normalista, y luego entró a la Marina donde alcanzó el grado de capitán de navío. Haber sido maestro le dio la connotación de humanista que caracterizó su vida. Siguió de cerca el desarrollo político del país postgomecista y tomó partido con la natural vehemencia de un verdadero combatiente que con sus razones y su buena fe, conjugó una visión que consideró correcta dado el momento histórico que vivía Venezuela.
Medina Silva, conjuntamente con el capitán de navío Manuel Ponte Rodríguez comandó el alzamiento de Puerto Cabello (El Porteñazo), el 02 de junio de 1962 y luego fundaron las FALN (Fuerzas Armadas de Liberación Nacional), junto a los partidos de izquierda y algunos militares de la época.
Por su participación en El Porteñazo fue sentenciado a 26 años de cárcel, y a dos años más por haber involucrado en los actos conspirativos a sus subalternos, sentencia que lo llevó a decir: “De aquí en adelante conspiraré con los almirantes”. Estando preso en el Batallón Carabobo, siguió sus luchas escribiendo sus proclamas en un periodiquito que bautizó “El Cimarrón”, y que por carecer de una máquina escribía a mano.
Trasladado a la Isla de Tacarigua o Isla del Burro, suerte de infierno, donde los zancudos, las moscas, los malos olores y el trato despiadado de los guardias conformaban un verdadero infierno. De este lugar escapó el 24 de diciembre de 1963, con ayuda de algunos compañeros de cárcel y de oficiales activos simpatizantes de su proyecto, junto con él también escapan el mayor Manuel Azuaje Ortega, Gastón Carvallo y Germán Lairet.
Siguieron años de lucha clandestina, que lo llevaron a ocupar el cargo de comandante general de las FALN en Julio de 1964, cuando fallece en la cárcel el capitán Ponte Rodríguez, actividad que desempeñó sin tregua alguna hasta el momento de deponer las armas al considerar que “esa guerra había terminado”. Participó en Vietnam al lado de Ho Chi Min y del general Vo Nguyen Giap. Luego en China conoció a Mao y en Corea a Kim Il Sung.
En enero de 1966, en Cuba participó en la Conferencia Tricontinental ocupando una de las tres vicepresidencias en representación del continente americano, relacionándose con Fidel Castro, Salvador Allende y otros líderes de la izquierda mundial.
Después de ese periplo, a muchos años de distancia y sin evadir su responsabilidad, Pedro Medina Silva expresaba, que “el idealismo que inspiró aquella lucha, no alcanzó ningún éxito tangible y naufragó en la esterilidad de errores tercamente cometidos”. Sus críticas a ese proceso las expresaba sin resentimientos ni amargura y consideraba que el proceso de pacificación constituyó “el fin de una coyuntura histórica”, que lo llevaron a deslastrarse de todo prejuicio ideológico, a rechazar por principio la intolerancia y la arbitrariedad y a ver en el diálogo y la discusión constructiva el mejor camino para el entendimiento. Preceptos que convierten  a este guariqueño en un claro ejemplo de la tolerancia, la dignidad y la justicia.
Valle de la Pascua, abril de 2012.
Comentarios: Hola Don Felipe, feliz pascua de resurrección. Muy bueno tu trabajo sobre Medina Silva, hombre admirable. Desconocía que era oriundo de La Pascua… Se lo reenvié a López Sandoval para llevarlo al blog suyo y de los llaneros... Un abrazo, Oldman Botello. 8 de abril de 2012.