miércoles, 21 de marzo de 2012

LIBERTAD DE ESCLAVOS EN EL GUÁRICO COLONIAL Y EN LOS INICIOS DE LA REPÚBLICA


(A propósito de los 158 años de la firma del decreto que abolió la esclavitud en Venezuela)
 FELIPE HERNÁNDEZ G.
UNESR/Cronista de Valle de la Pascua
El 24 de marzo de 1854 el general José Gregorio Monagas dictaminó el ejecútese del Decreto de Abolición de la Esclavitud en Venezuela, una vez que fuera aprobado por el parlamento venezolano, se ponía fin al padecimiento de quienes sufrían este sistema de explotación económica y social que se constituyó en la base del sistema colonial en nuestro país y del continente. De esta manera, lo que comenzó con una proclama de emancipación de los esclavos en Ocumare en 1816, así como los planteamientos hechos en Angostura y Cúcuta por parte del Libertador Simón Bolívar, tendrían su espacio realizable en 1854.
            Ese año, la oligarquía criolla protestó la medida, puesto que toda su riqueza agrícola estaba basada en tan oprobiosa práctica. Entre los casos contrarios a la decisión, es reconocida la actitud irreverente del general Ezequiel Zamora, tenido hasta nuestros días como adalid de la libertad, la igualdad y la justicia social, quien se negó a darles libertad a sus esclavos. Con este mandato cumplió tiempo después cuando se convenció que el imperio de la ley era inexorable. Ese gesto innoble, contrasta con la actitud generosa del Libertador Simón Bolívar, quien liberó a sus esclavos mucho antes de comprometerse con el presidente de Haití, Alejandro Petión, a ponerle fin a tan odiosa práctica en Venezuela y la Nueva Granada.
            Sin embargo, antes de la histórica fecha de 1854, en el Guárico, hay antecedentes de esclavos liberados en el período colonial y en las primeras décadas del período republicano. Muchos fueron los casos de manumisión en artículo de muerte, debido a que no pocos propietarios, antes de morir y “para estar en paz con su conciencia”, otorgaban papeleta de libertad a algunos de sus esclavos que habían explotado en vida, quienes continuaban trabajando las tierras de los descendientes de sus antiguos amos. A continuación se presentan algunos casos significativos localizados en fuentes documentales, de los tantos que se que se dieron: 
            1) En un legajo testamentario fechado en 1784 en el Juzgado de Llanos y Caminos de “La Parroquia del Glorioso San Gabriel del Chaguaramal”, doña Luisa Seferina Belisario Sánchez Albertos de Gómez Román, natural de San Sebastián de los Reyes, pero residenciada en Chaguaramal, donde casó con Dionisio Gómez Román, ya viuda, anciana y sin hijos por haber muerto en la infancia su única hija, establece en el ítem Nº 5 de su testamento:
            “Declaro tener hechas cartas de libertad a María Juliana y a María Gregoria, todas hermanas y las dichas se hallan casadas con calidad que las referidas han de ser esclavas durante mi vida y los hijos que estas han tenido hasta el presente, y los que tuvieren en adelante, es mi voluntad que sean libres, los que han tenido hasta el presente están mandados a asentar por libres en los libros parroquiales y si en algún tiempo hubiere una equivocación sobre las partidas, declárolo, que se cumpla esta cláusula en todo y por todo por ser así mi voluntad, declárolo para que conste…”.
            Un año después, en 1785, doña Luisa Seferina Belisario agregó un codicilo a su testamento, incluyendo la libertad de otros esclavos… declara ser dueña de más de diez leguas de tierra en los sitios de La Yeguera y El Colegio. Buena parte de los bienes los lega a la iglesia, con dos propósitos expresos y tácitos: que se forme una capellanía en honor a su difunto esposo y que la misma solo podría ser dirigida por un sacerdote nativo de Chaguaramal, mayor de 28 años, con prioridad por su sobrino José María Thoro al ordenarse de sacerdote. A la sazón, Thoro era todavía un niño…
            2) En el año 1813, Juana Josefa Esparragoza, importante propietaria de los Valles de Aragua y los Llanos del Guárico, después de declarar en su testamento que las tierras que tenía en el sitio de Los Marines fueran puestas a censo y tributos redimibles en beneficio de la Iglesia, otorgaba libertad a sus catorce esclavos: María Segunda, Potenciana, Luciana, Juan Francisco, María Gregoria, Petronila, José de las Nieves, María de la Merced, Juan María, José Inocencio, Juan Clemente, José Landerico del Carmen, Ana Josefa y Francisco, permitiéndoles el cultivo de la “parte principal de la posesión Guarumen en los llanos, que heredé de mis padres desde el sitio de Rompe Cojón para abajo en el centro de las dos galeras por las filas hasta bajar de las bocas”. Declara igualmente la otorgante, que el ganado que tenía en su propiedad fuera distribuido “en partes iguales entre sus esclavos”.
            3) En el año 1918, en el periódico tucupidense “Tamanaco”, se reseña otro caso de liberación espontánea de esclavos por su dueño en la cuenca del Unare. El mismo hecho es relatado por don Lorenzo Antonio Zaraza en 1933, al respecto informa, que el señor Leonardo Moleiro y Lara de “mancomún e insolidum” con su esposa doña Ana Rodríguez, dan la libertad a veinte y más esclavos en octubre de 1837, en Chaguaramal de Perales (la actual Zaraza), firmando como testigos, don Ildefonso Itriago, don José Vicente Velutini y don Bonifacio Gómez. La misma información con algunas variantes es recogida por el historiador J. A. De Armas Chitty, quien hace referencia a una esclava liberada en el año 1839. Don Leonardo Moleiro y Lara era hijo de don Joseph Moleiro y doña Manuela Lara, dos blancos criollos nacidos en Aragua de Barcelona, quienes se divorciaron en 1810, quedando doña Manuela con la custodia de los tres hijos habidos del matrimonio, de nombre José Pío, Leonardo y Agustín. Los dos primeros se residenciaron en Zaraza y el último en Aragua de Barcelona.
            REFERENCIAS:
            ARCHIVO ARZOBISPAL. (1813): Juana Josefa Esparragoza. Sección Testamentaria.
            BRITO FIGUEROA, Federico. (1979): Historia Económica y Social de Venezuela. Tomo I. Caracas: Universidad Central de Venezuela. Ediciones de la Biblioteca. Cuarta edición. p. 98.
CAMACHO, Antonieta. Comp. (1979): Materiales para el estudio de la cuestión agraria en Venezuela (1810-1865). Mano de obra: legislación y administración. Compilación, notas y estudio preliminar de Antonieta Camacho. Caracas: Universidad Central de Venezuela, Facultad de Humanidades y Educación, 1979. Tomo 4, Vol. I, 736 p.
RAMOS GUÉDEZ, José Marcial. (1999): Simón Bolívar y la abolición de la esclavitud en Venezuela 1810-1830. Los Teques: Centro de Investigaciones Bibliográficas Venezolanas. 18 p.
            SOTO ARBELÁEZ, Manuel. (1996): Primeros esclavos liberados en el Oriente del Guárico. Diario El Nacionalista: San Juan de los Morros, jueves 21 de marzo de 1996. p. 4.

            Valle de la Pascua, 19 de marzo de 2012.
           

JOSÉ GREGORIO MONAGAS: EL PRESIDENTE QUE LE DIO LIBERTAD A LOS ESCLAVOS.


FELIPE HERNÁNDEZ G.
UNESR/Cronista de Valle de la Pascua
            El presidente José Gregorio Monagas Burgos, nació el 4 de Mayo de 1795 en el hato El Roble, jurisdicción de Aragua de Barcelona, estado Anzoátegui.
            Cuando se inició en 1810 la Guerra de Independencia, se alistó como soldado en las fuerzas armadas republicanas, siguiendo los pasos de su hermano mayor, José Tadeo Monagas. Comenzó sus luchas en los llanos orientales a partir de 1813, bajo las órdenes del general Manuel Carlos Piar. Se enfrentó a Monteverde y a Boves en las batallas de Maturín, Cachipo, Bocachica, La Puerta y Urica. También asistió a la primera batalla de Carabobo. Bolívar le estimó en alto grado, al punto de bautizarlo como «la primera lanza de Oriente».
            Sostuvo con las armas el gobierno de su hermano José Tadeo, que a raíz de los sucesos del 24 de enero de 1848 habían originado seria oposición, que culminaron con el asalto al Congreso Nacional por parte de José Tadeo Monagas y el alzamiento del general José Antonio Páez. Después de estos sucesos, acude en auxilio de su hermano y, en 1848-1849, actúa como segundo jefe de las Fuerzas Armadas y comandante en jefe del oriente, combatió con éxito para sostener al régimen en las campañas del Guárico, Barcelona, Maturín, Cumaná y Margarita. Restablecida la paz y debido al fortalecimiento de sus propias bases de poder, fue candidato a la presidencia, compitiendo con dirigentes liberales Etanislao Rendón y Antonio Leocadio Guzmán. Finalmente gracias al apoyo de su hermano, fue elegido presidente, asumiendo la presidencia de la República el 5 de febrero de 1851.
            Durante su gobierno tuvo que enfrentar varias rebeliones militares perpetradas por los paecistas o conservadores, y se distanció políticamente de su hermano. La medida más importante llevada a cabo durante su gestión como presidente de la República, fue la abolición definitiva de la esclavitud en Venezuela, el 24 de marzo de 1854. Una sola gran decisión que fue tomada invocando las viejas aspiraciones del Libertador Simón Bolívar.
            Cuando llegó al poder el general Julián Castro, acabó con la hegemonía y el nepotismo de los Monagas, José Gregorio Monagas es arrestado en Barcelona durante la Revolución de Marzo, por las nuevas autoridades encabezadas por el general Justo Briceño. Enviado preso al castillo de Puerto Cabello, luego es transferido al castillo de San Carlos en la Barra de Maracaibo, allí enfermó, y cuando era conducido a la ciudad de Maracaibo para ser atendido, falleció el 15 de julio de 1858. Sus cenizas reposan en la iglesia Santísima Trinidad de Caracas (Panteón Nacional), lugar a donde fueron trasladadas el 13 de noviembre de 1872.

            Valle de la Pascua, 21 de marzo de 2012.



BATALLA DE SEMEN O TERCERA BATALLA DE LA PUERTA


FELIPE HERNÁNDEZ G.
UNESR/Cronista de Valle de la Pascua
            El 16 de marzo de 1818 se libra la Batalla de Semen, entre los ejércitos en pugna,  patriotas y realistas, a la cabeza de ellos sus máximos jefes, Simón Bolívar y Pablo Morillo, comandando las fuerzas beligerantes.
            La batalla se desarrolló en el sitio de Semen, al sur de Calabozo, a orillas del río del mismo nombre que cruza al estado Guárico, históricamente este combate ocurrió durante la Campaña del Centro, cuando el ejército patriota se dirigía a la ciudad de Caracas.
            En el enfrentamiento los realistas salieron victoriosos a pesar de que Pablo Morillo fue herido de un lanzazo, en medio de la refriega Bolívar se retira a Calabozo. Este suceso suele llamarse, erróneamente, la Tercera Batalla de La Puerta, ya que a causa de la misma, el general realista Pablo Morillo recibió el título de “Marqués de La Puerta”, de allí la confusión histórica con el nombre del sitio donde se realizó.
            Del general Pablo Morillo vale la pena recordar, que el año 1814, finalizada la guerra de Independencia de España y vuelto Fernando VII al trono, Pablo Morillo fue designado mariscal de campo al mando de una expedición destinada a Venezuela. En este sentido, el 14 de agosto de 1814 recibió el nombramiento de comandante de la expedición y capitán general de las provincias de Venezuela.
            Valle de la Pascua, 15 de marzo de 2012.
           

jueves, 15 de marzo de 2012

EN VALLE DE LA PASCUA: NOCHES DE GUATACA EN ARS NOVA


Oggla J. Sequera M.
UNESR - Núcleo Valle de la Pascua
            En el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer, la Fundación Cultural Ars Nova inició Noches de Guataca en su sede situada en la urbanización VIPEDI. En este primer encuentro, se contó con la presencia de prestigiosos invitados que hacen vida artística en nuestra comunidad vallepascuense. Entre ellos, vale destacar la actuación de la reconocida agrupación, Ña Nancy y sus muchachos, quienes al compás del cuatro y la guitarra, deleitaron con su exquisito repertorio de música venezolana, al público presente. 
            Cabe destacar la participación de Deibis Jaramillo con sus merengues y algunos integrantes del grupo de boleros de dicha fundación, quienes le dieron al momento, una nota romántica.  Igualmente hubo intervenciones espontáneas de jóvenes talentos que recién dan sus primeros pasos en el mundo de la música; tal es el caso de Alejandro Manuitt, Jesús Reyes (profesor de cuatro de Asr Nova) y María Esther Rojas (amiga carupanera de visita en nuestra ciudad).
            Básicamente, las Noches de Guataca surgen con el propósito de abrir un nuevo espacio para el disfrute de la cultura. En virtud de ello,   se realizarán, el último viernes de cada mes en la sede de la Fundación Cultural Ars Nova. Para mayor información, comunicarse al 0235-7415911.


PEDRO DÍAZ SEIJAS: GUARIQUEÑO DE SIEMPRE


Por: FELIPE HERNÁNDEZ G.
UNESR//Cronista Municipal

            El 30 de junio del año 2010 falleció en Caracas, el profesor Pedro Díaz Seijas. Ilustre hijo de Valle de la Pascua, nacido el 24 de diciembre de 1921 en el caserío Santo Domingo Requenero, del municipio Leonardo Infante. Escritor, académico, ensayista, crítico literario, educador y miembro de importantes instituciones culturales nacionales y extranjeras. Profesor del Pedagógico de Caracas y director-fundador del Instituto Pedagógico de Barquisimeto y por ende, promotor e iniciador de nuevas ideas pedagógicas, reconocido nacional e internacionalmente. Fue director de la Academia Venezolana de la Lengua, y Director de Cultura de la Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez” y Miembro del CONAC (Consejo Nacional de la Cultura). Cursó estudios en el Instituto Pedagógico de Caracas y en la Universidad Central de Venezuela, graduándose de profesor en castellano y Literatura y Magíster en Literatura Venezolana e Hispanoamericana. 
Ejerció la docencia en liceos y universidades y colaboró como columnista en los más prestigiosos periódicos capitalinos y del interior de la República. Su obra literaria está plasmada en más de 20 libros, entre ellos: Al margen de la Literatura Venezolana (1946), Introducción al estudio del ensayo en Venezuela (1947), Orientaciones y tendencias de la novela venezolana (1949), Rómulo Gallegos: realidad y símbolo (1965), La Novela y el Cuento en Venezuela (1972), La Gran Narrativa Latinoamericana (1976), Lectura en tres Dimensiones de Julián Padrón (1983), Biografía de Rómulo Gallegos (1984) y Bajo el Signo Creador de la Lengua (1985).
Del profesor Pedro Díaz Seijas escribió el académico Pascual Venegas Filardo, “es uno de los ensayistas y educadores más notables del país. Con largos años en la docencia nacional, es raro el venezolano joven que no ha estudiado en sus libros y no hay escritor que no conozca y admire su obra”. Y el doctor Ildefonzo Leal, testimonió que “…sus estudios sobre literatura venezolana son consultados con amplio interés. (...)”.
El amor por la tierra natal siempre estuvo vivo y lo expresó en sus libros, escritos, conferencias, artículos. Aquí en Guárico se le admiró, reconoció y respetó, así lo testimoniaron a la posteridad, don Parminio González Arzola y el exgobernador guariqueño don Facundo Camero Velásquez. Muchas veces asistimos como espectadores en distintos pueblos del Guárico, a donde asistió a dar conferencias y charlas en universidades, concejos municipales, plazas y otros escenarios. Como orador de orden vino a Valle de la Pascua en ocasión del Bicentenario de nuestra ciudad. De ese amor filial legó como testimonio de su guariqueñidad, las obras: La Viva Presencia del Guárico; Crónicas del Guárico; Reflexiones en voz alta. Y La Poesía en Décimas a propósito del Llano, obra de la que el historiador Adolfo Rodríguez, quien gozó de su amistad y aprecio, escribió:
El último libro de Pedro Díaz Seijas, “La Poesía en Décimas a propósito del Llano”, demuestra que el ensayista, el crítico, el estudioso de la literatura que ha sido este escritor venezolano, se manifiesta también en la creación literaria. Subtitula, dicha obra, “Homenaje a Alberto Arvelo Torrealba y Ernesto Luís Rodríguez”, de quienes se reconoce deudor de una afición que se remonta a sus primeras andanzas, tierra adentro, cuando descubre un poemario del joven Ernesto Luís: el “Supremo secreto de la poesía”, transitado por otros autores que Díaz Seijas nombra en el “ofrecimiento”: Pedro Sotillo, Luis Barrios Cruz, Arístides Parra, J. A. De Armas Chitty. La poesía de Díaz Seijas abreva también, como revela, en un “paisaje casi totalmente inédito, pero de una sublime belleza, situado al sur del distrito Infante del estado Guárico, cuyas vías desprendidas desde Valle de la Pascua, conducen a Espino, a Parmana, a La Peña”, Y su fascinante alrededor: “impresionantes morichales, cuya naturaleza es necesario conocer, admirar e incorporar a las maravillas decorativas de nuestras llanuras. Las grandes extensiones de sabanas” con “formaciones montañosas…como son el Cerro de El Macho y el Tucusipano, así como grandes bancos, como el Telesfero”. Territorio exquisitamente descrito en la obra “El reflejo de los remansos azules”, rescatada, estudiada y editada, siendo presidente de la Academia Venezolana de la Lengua, por Díaz Seijas, quien, cabe advertir, nace y se forja como hombre de llano por esos predios.
De su paso como Director Nacional de Cultura de la Universidad Simón Rodríguez, en la década de los años 80 del siglo XX, durante la gestión como rectora de la doctora Elizabeth Yabour de Caldera, el profesor Díaz Seijas escribió el Himno de la institución. Sublime pieza musical donde el autor recrea líricamente como en un lienzo, las regiones de la geografía patria y la presencia Emérita de la siempre noble Casa que vence en las sombras, como ejemplo paradigmático de lo que fuese el imaginario del bien llamado Maestro de América, ilustre epónimo, como diciéndonos que una Patria grande y unida siempre es posible y necesaria.
HIMNO DE LA UNIVERSIDAD SIMÓN RODRÍGUEZ
Letra: Pedro Díaz Seijas.
Música: Inocente Carreño
Desde el Ávila Dios taciturno
a los Andes, el Llano y el Mar,
en tropel nuestras voces al turno
vuelan todas en canto triunfal.
En tropel nuestras voces al turno
vuelan todas en canto triunfal.
Don Simón Padre Nuestro seguimos
tras tu huella bravía y emérita,
a tu ejemplo auroras pedimos
inmortal ciudadano de América.
Tus palabras son surcos fecundos,
tu mensaje se yergue hacia el sol,
alboradas antiguas de mundos
iluminan tu ejemplo ductor.
Desde el Ávila Dios taciturno
a los Andes, el Llano y el mar,
en tropel nuestras voces al turno
vuelan todas en canto triunfal.
En tropel nuestras voces al turno
vuelan todas en canto triunfal.
           
            En la ciudad de Valle de la Pascua, el domingo primero de agosto del año 2010.
           
            COMENTARIOS: Hola Don Felipe: Te felicito por tu excelente ensayo sobre el profesor Díaz Seijas. Es un merecido homenaje que le dispensas.
            Saludos.
            Argenis Méndez Echenique
            Cronista del Estado Apure

PRONUNCIAMIENTO EN VALLE DE LA PASCUA A FAVOR DEL GENERAL JOSÉ ANTONIO PÁEZ (Año 1862)


FELIPE HERNÁNDEZ G.
UNESR/Cronista de Valle de la Pascua
            Entre los años 1859 y 1863 se desarrolla en Venezuela el enfrentamiento militar entre las tendencias conservadoras y liberales, que determinaron la Guerra Federal, hecho histórico también conocido con los nombres de Guerra Larga o Guerra de los Cinco Años. Está considerado el enfrentamiento bélico más largo y más costoso para Venezuela tras su independencia. Los conservadores, grupo oligárquico surgido de la guerra de Independencia, se oponían a modificar el orden social establecido desde la colonia. Por otro lado, los liberales, proclamaban los ideales de libertad e igualdad. Durante la guerra, los liberales eran conocidos con el nombre de federalistas ya que el federalismo y la autonomía de las provincias eran sus reivindicaciones principales.
            Considerado el hombre providencial, el general José Antonio Páez, vuelve a Venezuela el 18 de diciembre de 1858 a solicitud del presidente Julián Castro y de la Convención de Valencia, para encargarse del ejército y de la pacificación del país, convulsionado por el alzamiento de los promonaguistas, liberales y federalistas. Cuando estos últimos proclaman la Federación el 20 de febrero de 1859 en Coro, el gobierno central nombra a Páez jefe de operaciones en la Provincia de Carabobo; pero al no obtener las amplias facultades que exige, renuncia en abril, y opta por regresar a los Estados Unidos, país en el que había estado durante su destierro. A su regreso, sustituye a Pedro Gual como Jefe Supremo de la República, el 10 de septiembre de 1861. Todo el año 1862 y parte de 1863, conduce Páez la guerra contra los federalistas encabezados por Juan Crisóstomo Falcón.
            El 24 de enero de 1862, durante la dictadura del general José Antonio Páez, un significativo número de vallepascuenses se pronunció a favor del gobierno del general Páez, el acto de apoyo se realizó en la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria de Valle de la Pascua, y quienes firman el manifiesto exponen que “suscriben el manifiesto en la Iglesia Parroquial con el objeto de hacer protestación de la fe política que profesan y han profesado siempre”. El acto lo realizan en señal de arrepentimiento por otro pronunciamiento contrario que habían hecho un año antes, en el mes de junio de 1861, por lo que agregan: “…ese pronunciamiento mencionado fue obra de nuestra parte, de las circunstancias, más no de nuestras creencias políticas ni de nuestra voluntad que reconocen por fundamentos los sacrosantos principios que a los buenos ciudadanos imponen la moral y el orden”.
            Luego hacen declaratoria de adhesión al general Páez, ordenan enviar copia del acta respectiva a las autoridades militares y civiles de mayor rango, y manifiestan su repudio al caos que produce la guerra, estimulada por todos, centralistas y federalistas. 
            El manifiesto lo firman: presbítero Juan Santiago Guasco, Ricardo Escobar Gutiérrez, Carmen González, comandante militar de la plaza José María Ponce, Jesús Inciarte, José Sotero Álvarez Urbina, Calixto Silva, Julián López, José María Cobeña, José Rafael Escobar, Ramón González, Federico Pérez y Juan Félix del Corral.
            El pronunciamiento de Valle de la Pascua a favor del general Páez, es firmado por los principales que habitan el poblado, sin distingos ideológicos, considérese el caso del Pbro. Juan Santiago Guasco, hombre de mentalidad liberal, quien encabeza la lista de firmantes, así como José Sotero Álvarez, primer esposo de doña Rita Romero, conocida liberal y una de las mujeres más importantes de Valle de la Pascua durante la segunda mitad del siglo XIX.
            El Pronunciamiento de Valle de la Pascua… es un signo de los eternos vaivenes de los sectores económicos ante quienes ostentan el poder político, ya lo dijo el filósofo y político italiano, Antonio Gramsci (1881-1937), “Industriales y agrarios no poseen partido político”, esta es la razón histórica por la cual este grupo local podía amoldarse a la situación política imperante. Ya antes habían apoyado a los Monagas, ahora a Páez y después de la firma del Tratado de Coche en abril de 1863 a la Federación, hasta convertirse en los más genuinos liberales amarillos, movimiento con el que colaboran administrativamente hasta el momento de su caída a finales del siglo XIX.     
         Valle de la Pascua, marzo de 2012