La Guerra Federal
fue un conflicto armado que vivió Venezuela durante cinco años, entre 1859 y
1863, cuando finalizó, luego de la firma del Tratado de Coche que le puso fin a
la contienda bélica. Llamada también Guerra Larga, Revolución Federal o Guerra
de los Cinco Años, este acontecimiento histórico reunió muchos eventos
relevantes.
Teniendo como sus máximos líderes a
Ezequiel Zamora y Juan Crisóstomo Falcón. La Guerra Federal se
desarrolló principalmente en la zona de los llanos altos y bajos del país
(actuales estados Barinas, Portuguesa, Cojedes, Apure y Guárico); también se
registraron pequeños encuentros en la zona central de los estados Falcón, Lara,
Yaracuy, Carabobo y Aragua, así como en el Oriente, principalmente en el territorio
de los estados Anzoátegui y Sucre, pero se trataba de actividades de guerra de
guerrilla. Regiones como Los Andes, Guayana y el Zulia se mantuvieron
prácticamente al margen de la lucha.
La contienda, más allá de dirimir el
debate político entre conservadores y liberales, centralizado principalmente en
Caracas, no precisó un cambio radical en la estructura social de la época, ya
que el triunfo nominal de la
Federación, derivado del Tratado de Coche, firmado el 23 de
abril de 1863 en la hacienda Coche, próxima a Caracas, por Pedro José Rojas,
secretario general del jefe supremo de la República, general José Antonio Páez y Antonio
Guzmán Blanco, secretario general del presidente provisional de la Federación, Juan
Crisóstomo Falcón, y confirmado por ello mismos en Caracas, el 25 de mayo de
1863, no pasó de ser un mero principio político.
En el plano militar, el combate fue,
esencialmente, una guerra de guerrillas. Sólo durante el primer año, se
organizó una unidad de mando en el seno del ejército federalista, comandado por
Ezequiel Zamora. Tras la muerte de Zamora en San Carlos, el 10 de enero de
1860, el liderazgo federalista recayó principalmente en Juan Crisóstomo Falcón
y Juan Antonio Sotillo.
Tres grandes luchas marcaron la
historia de esta guerra: la batalla de Santa Inés el 10 de diciembre de 1859;
la batalla de Coplé, el 17 de febrero de 1860, y la batalla de Buchivacoa, el
26 y 27 de diciembre 1862.
En el Guárico, la Guerra Federal
encontró a la población socialmente dividida. Consolidada sus posiciones, la
burguesía actuaba a su antojo; como secularmente lo habían tenido todo, sus
latifundios continuaban incrementándose.
En los documentos y en la
historiografía llanera se recoge fehacientemente, de que manera desde la Colonia, y posteriormente,
se fijaban los linderos de los hatos: “Cuatro leguas y algo más”; ”Tres
leguas y un cuarto más o menos”; “Una legua y un octavo aproximadamente”;
“Dos leguas que hay entre el río y la madrevieja”; “Cinco leguas
entre la mata de punteral del último rancho, la palma cachorra del asiento y el
río”, expresiones con las que resultaba siempre favorecido el adquiriente
de las tierras. Además, los agrimensores siempre eran complacientes y atendían
los requerimientos de los dueños de hatos en los recorridos por los predios
midiendo las tierras: “A solicitud del dueño de la tierra se le anexó
legalmente una pequeña cuchilla que hay entre el pasteadero y el río para que
el ganado beba agua en el verano”, pequeñas cuchillas que llegaban a
alcanzar a veces hasta dos leguas y más. En la Colonia se decía: “Para
eso el Rey tiene bastante”.
Pero mientras los grandes
propietarios hacían arreglos “legales”, los indios, los negros y otras
clases desposeídas, quedaban en la misma situación de abandono y desamparo.
Cuando los grupos en pugna dieron fisonomía a la guerra, con la cual aspiraban
a completar el ciclo emancipador, había tanta injusticia soterrada, tanta
inquietud que buscaba expresión, que la violencia vino a ser el común
denominador durante los cinco años de su duración.
Una descarnada descripción de la
actuación de los guerrilleros en el Guárico durante el período de la Guerra Federal,
ofreció a la posteridad el historiador J. A. De Armas Chitty (1961):
Hubo sitios del Guárico donde no
alcanzaron a contar los cuerpos colgantes de los vencidos. Toda la tierra de
Tucupido, desde el Manapire al Macho y desde el Tamanaco al Andaluz, se llenó
de tumbas anónimas… A la sombra del bosque, casi en comunidad con ciertos
grupos indígenas, aparece un tipo de bandolero que nunca asiste a la guerra,
pero si sabe llegar a la hora del reparto. Es activo, audaz y valiente. Conoce
todos los rumbos y borra continuamente las huellas de su caballo. De noche
asalta los villorrios, los incendia, roba y asesina. Cuando le capturan, muere
fusilado. No importa que invoque su procedencia liberal o goda; su cuerpo
quedará como escarmiento… Este hombre, en la Guerra Federal,
mantendrá en zozobra a los pueblos del Guárico. Si en Tucupido lo repelen a
fuego, en Zaraza habrá cabildo abierto contra los asaltantes. Por varios años,
un cuerpo de 500 hombres que llamaron Cacha e’ filo, defenderá la capital del
Unare de los guerrilleros del Tamanaco y el Orituco1.
Estos
hombres con sus acciones armadas, “sin Dios ni Santa María”, como aves
de rapiña en nombre de la
Guerra Federal, mantendrán en zozobra permanente a los
pueblos y caseríos de los llanos guariqueños.
En
lo que concierne a la zona de Los Tiznados, a
consecuencia de la popularidad del general José Antonio Páez, en el Guárico el
ejército conservador gozaba de un mayoritario respaldo. Entre los defensores de
la causa federal, destacaron las figuras de Zoilo Medrano, Donato Rodríguez
Silva y José de Jesús González “El
Agachado”, quienes se rebelaron contra el gobierno de Julián Castro, a favor
de los federales, en julio de 1858 en la sierra de Carabobo, tomando el camino
de San Francisco de Tiznados, donde se enfrentaron con el coronel conservador
Pedro Etanislao Ramos, quien los derrotó en esa población, el 20 de julio de
1858.
Después de la derrota de San
Francisco de Tiznados, se enfrentaron a José María Rubín en Güesipo y contra
Juan Nepomuceno Llamozas en Los Playones de Ortiz. El Agachado destrozó al
general Narciso Callano en el sitio de Las Mulas, a Gabriel Sandoval en La Ceiba y a Pedro Estanislao
Ramos en La Lajita.
El mayor radio de acción de los
combates y luchas de los guerrilleros de la Federación en suelo
guariqueño, estuvo enmarcado fundamentalmente en el entorno geográfico de la
zona de Los Tiznados, Ortiz, Parapara, la mesa de El Sombrero, Vallecito, y la
sierra que separa al Guárico de Carabobo. La consigna era “mientras manden
los godos permaneceremos alzados”2.
La zona de Los Tiznados, Ortiz, Los
Playones, Güesipo, Las Mulas, La
Lajita, La
Ceiba, Potrerito y las inmediaciones de El Sombrero, fue
escenario de encuentros guerrilleros donde participaron Zoilo Medrano y “El
Agachado” José de Jesús González.
Los próceres
de la Guerra Federal
Zoilo Medrano, oriundo de Parapara; José de Jesús González “El Agachado”, del
pueblo de El Consejo en Aragua o de Manuare (Belén, estado Carabobo) y Donato
Rodríguez Silva, natural de San Francisco de Cara, compañeros de Ezequiel
Zamora y de Joaquín Crespo en su accionar por los llanos guariqueños. Los tres
tuvieron preponderante actuación en los combates de la Federación y antes, en
el caso de El Agachado, en la insurrección campesina y antiesclavista de
Ezequiel Zamora que culminó con la batalla de El Limón y Laguna de Piedra en
jurisdicción de San José de Tiznados, el 26 de marzo de 1847.
El Agachado o José de Jesús González
sirvió a las órdenes del general Zamora desde 1846 y este lo menciona en el
expediente que le abrió la oligarquía villacurana al ser capturado en la sierra
al sur de Platillón. Se le consideraba un guerrillero habilísimo, astuto y
conocedor de los vericuetos de la Sierra. Murió macheteado después que malherido en
una pelea cerca de San Francisco de Tiznados, lo alcanzaron en el suelo, pero
antes se llevó por delante a tiros al oficial enemigo Carlos Zerpa. El cadáver atado
de pies y manos con bejucos fue llevado al cementerio de dicho pueblo, hoy bajo
las aguas de la represa del Tiznados, donde su gran amigo Zoilo Medrano cercó
su tumba modestamente y le colocó una cruz. Se le llamó Agachado porque en los
asaltos, en la espesura ordenaba a sus hombres: "¡Por aquí, muchachos,
agachaditos!" al momento de lanzarse al ataque… Zoilo Medrano estuvo
luchando hasta el triunfo de la Guerra Federal en 1863 y culminó su actuación
militar con el sitio y rendición de Ortiz, defendido por el coronel gobiernista
Juan Vicente Rodríguez. Fue Presidente del Guárico en la capital Calabozo. En
la batalla de Los Playones de Ortiz en 1858, junto con el parapareño Norberto
Lara y bajo las órdenes de Donato Rodríguez Silva, triunfó contra las tropas al
mando del comandante calaboceño Juan Nepomuceno Llamozas que defendía al
gobierno centralista.
El general Donato Rodríguez Silva…
Luego de 1848 se incorporó a la milicia y participó en acciones de la Guerra Federal y
después de esta. Era arrogante y valeroso en el combate. El general José Tadeo
Monagas lo designó gobernador de la provincia del Guárico. Estuvo preso en
Caracas y exiliado en Santo Domingo3.
La
campaña militar de la
Guerra Federal en la zona de Los Tiznados estuvo signada por
combates y guerra de guerrillas.
En cuanto a los efectos que tuvo
sobre la economía de la zona, como en el resto del país y del Guárico, resalta
la crisis ganadera por los constantes asaltos, el robo y el abigeato que
desató. La mayoría de las tierras destinadas a la siembra y a la ganadería
fueron incendiadas, con la consiguiente escasez de alimentos.
Es posible que algunos sectores de
la población guariqueña hayan puesto alguna esperanza en el proyecto de los
federales, tal como ocurrió en el resto del país, se llegó a creer que, en
efecto, se producirían cambios favorables al conjunto de la población; más sin
embargo, los referentes documentales dan a entender que la Guerra Federal se
convirtió en un fiasco más para los sectores populares de Los Tiznados y sus
alrededores.
REFERENCIAS Y NOTAS
ALVARADO, Lisandro. (1956): Historia de la Revolución Federal
en Venezuela. Caracas: Editorial Ragón. p. 96.
AQUINO D. Manuel.
(1991): El General Agachado. San Juan de los Morros: Diario El
Nacionalista, 19 de marzo de 1991. p. 4.
BOTELLO, Oldman.
(2008): Zoilo Medrano, El Agachado y Rodríguez Silva en el Panteón.
En: http://historiografias.blogspot.com/2008/09/zoilo-medrano-el-agachado-y
rodrguez.html. Lunes 29 de septiembre de 2008.
DE ARMAS CHITTY, J.
A. (1961): Tucupido. Formación de un pueblo del llano. Caracas: UCV.
Facultad de Antropología e Historia. Facultad de Humanidades y Educación. pp.
161, 162.
HERNÁNDEZ G.
Felipe. (2008): General José María Zamora. Prócer Vallepascuense.
Calabozo: III Encuentro de Cronistas e Historiadores en Calabozo. Alcaldía del
Municipio Francisco de Miranda/Ateneo de Calabozo/Grupo de Historia Regional y
Local/Cátedra Libre "Efraín Hurtado". Sábado 29 y domingo 30 de marzo
de 2008.
PÁEZ, José Antonio.
(1987): Autobiografía. Tomo II. Caracas: Academia Nacional de la Historia.
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